Durante 14 años del gobierno de Evo Morales la prensa nacional hegemónica entabló un cerco mediático de difusión de fake news, calumnias, manipulaciones y principalmente un ataque desmedido con la intención de debilitar al gobierno.

Las acusaciones fueron en todos los sentidos desde escándalos sexuales, la manipulación sobre un hijo que nunca existió, acusaciones medioambientales y principalmente una fuerte posición antisocialista con la intención de asustar a la población sobre cosas horrorosas como que te quitarían a sus hijos, sus casas u otras propiedades.

La realización de la Asamblea Constituyente, su aprobación con la mayoría de los votos de la población (61%), la nacionalización de los hidrocarburos, la recuperación de las empresas estatales y la creación de muchas más en diferentes ámbitos, la redistribución de las riquezas a través de bono que beneficiaban a todos los sectores de la población desde estudiantes, mujeres gestantes, familias con infantes y adultos mayores, todo reforzó el apoyo de la población al partido gobernante MAS-IPSP.

Entonces empieza una nueva forma de hacer política y son los medios hegemónicos, las empresas encuestadoras y las nacientes verificadoras de noticias que se convierten en protagonistas de esta nueva estrategia para enfrentar las elecciones de octubre 2019, donde Evo Morales sería el eventual ganador como en todas las elecciones desde el 2005.

Son las redes sociales otro campo donde la derecha introdujo su esquema para derrotar al MAS-IPSP en las nuevas elecciones, con un sinnúmero de bots y trols que actuaron reforzando el cerco mediático, no solo nacional sino también internacional.

Las encuestadoras en coordinación con los medios empiezan a difundir encuestas muchas veces realizadas en las ciudades y presentadas como si fueran de todo el país, dando como ganador a Evo Morales pero que no alcanzaría la mayoría absoluta, y una inevitable segunda vuelta, donde el eventual ganador sería Carlos Mesa.

Esta supuesta realidad impuesta por los medios de comunicación y las encuestadoras, también se convirtió en una realidad virtual en las redes sociales, reforzando la idea de derrota del Evo Morales, pero los grupos de poder mediático no pudieron mantener por mucho tiempo esa mentira.

Entonces, empiezan con una nueva historia y salen a relucir declaraciones de no aceptación del eventual ganador, por ser una posición antidemocrática, pronto esto también cae en saco roto. En consecuencia imponen la idea de fraude electoral, que toma fuerza el mismo día de las elecciones, que como se sabia con anticipación el ganador fue Evo Morales del MAS-IPSP.

Siguiendo un guión preestablecido Carlos Mesa declara que hubo fraude electoral y al unísono toda la prensa hegemónica nacional e internacional replican ese mensaje devastador para la democracia y empieza una cruzada, textual, contra Evo Morales que en pocos días deriva en el golpe de Estado.

El ambiente hostil generado provoca la renuncia de Evo Morales, su gabinete y todas la autoridades que estaban en la línea de sucesión Constitucional, entonces asume de forma antidemocrática e inconstitucional Jeanine Añez.

Es la prensa hegemónica que defiende a capa y espada una situación totalmente ilegal e impone la idea de «sucesión constitucional», repetida hasta el cansancio, a pesar de que se violaron todas las normas actuales y especialmente la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia.

Nuevamente, esa prensa que persigue intereses particulares y políticos de una casta poderosa se enfrasca en defender la naciente dictadura de Áñez y no denuncia los casos de corrupción, violación a los Derechos Humanos, persecución política y encarcelamientos extrajudiciales.

Quién verifica a Bolivia Verifica

Un vacío en las leyes y la Constitución Boliviana permite el actuar con impunidad de un grupo de periodistas autonombrados «verificadores de la verdad«.

Bolivia Verifica empieza a operar en junio 2019 bajo el paraguas de la Fundación para el Periodismo que recibe financiamiento de la NED que depende de directamente del Departamento de Estado de Estados Unidos.

No es casualidad que esos días empiecen las noticias sobre la derrota de Evo Morales, los anuncios de los políticos y sectores de la derecha que no reconocería la victoria del MAS-IPSP y luego un eventual fraude que ya fue vaticinado por diversos actores políticos nacionales e internacionales y toda la prensa hegemónica, Bolivia Verifica que conlleva en su nombre la sentencia de veracidad, se une al coro fatídico de sentencia de muerte de la democracia.

Bolivia Verifica no solo tiene financiamiento, muy cuestionable, que además le lanza la línea política, sino que también tiene como socios estratégicos a toda la prensa hegemónica boliviana, por lo que obviamente su accionar es totalmente sesgado, predeterminado y con gran incidencia en la población que no conoce los entretelones del accionar de esta falsa verificadora o mejor dicho una verificadora con intereses propios.

Bolivia Verifica, como toda la derecha, conservar los intereses de una casta apátrida sobre los interés del Estado Plurinacional de Bolivia y que además se lleva por delante los Derechos Humanos del pueblo y viola principalmente el derecho a la información veraz.

Cuando la justicia boliviana inicia proceso legales contra las principales involucrados en el golpe de Estado y empiezan a salir a la luz pública documentos incriminatorios sobre la realidad de noviembre de 2019, de pronto, Bolivia Verifica ya no tiene sólo la potestad de ser una verificadora de noticias, se convierte en una verificadora de documentos.

Se evidencia la verdadera cara de Bolivia Verifica cuando da por falso un documento que se había encontrado en la Embajada de Argentina que demostraba que el gobierno de Mauricio Macri había enviado armamento de contrabando como apoyo al sector golpista para reprimir al pueblo boliviano a pocas horas que asumió el poder de forma inconstitucional Jeanine Añez.

https://www.la-razon.com/nacional/2021/07/10/verificadora-de-noticias-recula-sobre-la-carta-de-terceros-que-considero-falsa/

Se comprobó de forma fehaciente que el documento en cuestión era verdadero y que además se iniciaron procesos penales en la República Argentina y también en Bolivia por tráfico ilícito de armas que viola no solo las normas de ambos países, sino también tratados internacionales.

“Ante estos nuevos elementos, los varios comentarios de nuestros lectores y la falta de una pericia grafológica obligan a retirar la categoría ‘falso’ que Bolivia Verifica consignó el viernes, hasta que surjan nuevos elementos que permitan emitir un criterio en torno a su autenticidad”

BOLIVIA VERIFICA | 10 DE JULIO, 2021

De pronto Bolivia Verifica pasa a ser de una «verificadora de noticias» a una «verificadora de documentos», de firmas y principalmente se convierte en juez que emite sentencia de acuerdo con sus intereses y con los intereses de sus financiadores y socios estratégicos.

Hoy la prensa hegemónica y su verificadora particular continúan con ataques políticos parcializados e incluso difamadores al actual gobierno de Luis Arce como lo hicieron durante 14 años al gobierno de Evo Morales.

La diferencia esta en que hoy existen medios contestatarios que salen del mismo pueblo y las redes sociales se convirtieron en la estacada final a la prensa hegemónica, no hay ninguna noticia que no sea contrastada, verificada, denunciada y muchas veces desmentida, esta nueva situación hace que la misma prensa hegemónica que entro en decadencia al mismo tiempo que el gobierno de facto de Jeanine Añez empiece a buscar nuevas formas de generar noticias falsas o difamatorias, pero ahora tiene mucho menos incidencia en la población en general.

Damos por hecho que la prensa mercantilista seguirá apostando por la división del pueblo, el odio al contendiente político y la desacreditación de un gobierno elegido en las urnas por una mayoría absoluta.

No debemos seguir creyendo en las máximas de imparcialidad, objetividad y veracidad que pregonan, con creces demostraron que no cumplen con ellas, no porque no sepan su significado, sino porque no sirven para sus intereses políticos y económicos.

Por Tania Y. Escobar