Es muy conocido que los medios hegemónicos de propiedad de grandes oligarcas y políticos de derecha fueron el factor preponderante para convertir las mentiras de Mesa y Camacho en noticias de impacto social, antes y después de las elecciones de 2019 y que llevaron a la ruptura democrática, mentiras que influyeron e incentivaron actos violentos, graves delitos de subordinación de la Policía y las Fuerzas Armadas en contra del Presidente Constitucional Evo Morales Ayma, conformación de grupos paramilitares organizados y  financiados por los comités cívicos de Santa Cruz y de Cochabamba para amedrentar a la población civil, especialmente a mujeres indígenas indefensas; grupos violentos organizados en varias ciudades que quemaron los Tribunales Departamentales Electorales y que atacaron a familiares de autoridades del gobierno de Morales como de autoridades electas de la Asamblea Legislativa con la intención de obligarles a renunciar y como presión al gobierno para que aceptará las condiciones tanto de  los grupos armados institucionalizados y civiles.

Son abundantes las declaraciones de los involucrados en el golpe, que al calor de la euforia de una victoria espuria, se adjudicaban la hazaña de haber: “sacado del poder a Evo Morales”, “haber expulsado del palacio al dictador”, “…mi padre tranzó con los policías y militares para que se amotinaran”, “…ordené que salga el avión mexicano que llevaba a Evo y Álvaro” y muchas otras declaraciones de alto tono que hoy sus mismos autores quieren borrar de la nube cibernética, tarea imposible.

Actores políticos de derecha, con un pasado relacionado a anteriores golpes de Estado, gobiernos violadores de Derechos Humanos y privatizadores de las empresas estatales, que reculando de sus declaraciones y asumiendo una postura de víctimas, arguyendo que son perseguidos políticos, la realidad les niega esas aseveraciones, porque gozan de total libertad, tanto que pueden seguir haciendo declaraciones y realizando acciones desestabilizadoras contra el gobierno de Luis Arce y en especial contra la Justicia boliviana.

Justicia que durante la dictadura, ya comprobada y sentenciada, de Áñez fue el arma para atacar a  los exfuncionarios del gobierno de Morales y a toda persona que reclamará o tuviera indicios, por el color de su piel principalmente, de pertenecer al Movimiento al Socialismo MAS, en esos 11 meses que el gobierno de facto tuvo secuestrado todos los poderes del Estado; Mesa y Camacho no tenían ninguna observación a la justicia ni la forma de actuar de las autoridades dictatoriales, se había perdido por completo el concepto de Derechos Humanos que se violaban todos los días con total impunidad.

Después de ese terrible periodo de golpe de Estado y de dictadura, la prensa hegemónica acompañó las acciones de la derecha, apoyando y muchas veces festejando acciones inconstitucionales, como la reunión en la universidad católica donde se eligió a Jeanine Áñez para que asumiera de facto el gobierno después del golpe, avalando la autoproclamación y desde ese momento todas las acciones fuera de la ley que ese régimen llevó a cabo.

Hoy nuevamente la prensa hegemónica sirve para difundir, tratando de implementar ese discurso de odio hacia la mayoría de la población, ataques con fuerte componente político, pero principalmente con un mensaje de violencia contra todas las instituciones del Estado, contra los poderes independientes como la justicia para promover nuevamente un clima de caos, que intentan que se vea como generalizado, pero que en realidad no tiene mayor repercusión en la sociedad, sólo en los medios hegemónicos y en un circulo cerrado de la derecha.

Vanos fueron los esfuerzos de la oposición de incubar la idea de un «narco estado», de persecución política, de corrupción, de desprestigiar la nacionalización de los recursos naturales, de desprestigiar el Censo de Población y Vivienda y muchos otros temas que van cayendo en saco roto, pero que sirven para el propósito de desviar las miradas de los procesos judiciales por los delitos que se cometieron durante el golpe de estado y la dictadura de Añez.

Los medios de comunicación hegemónicos son la caverna donde se incuba el odio, la discriminación, la violencia, donde se planean situaciones de caos, de inconstitucionalidad y de atentados contra la democracia, con el fin último de proteger y para garantizar la impunidad de Carlos Mesa, Luis Fernando Camacho, Tuto Quiroga, Samuel Doria Medina que fueron los que promovieron y gestionaron el golpe de Estado de 2019.

Por Tania Y. Escobar